Siquijor Island
Una vez disipadas todas las dudas nos pusimos en camino hacia el siguiente destino. Por primera vez el viaje era corto y sencillo y así resultó.

“A quien madruga Dios le ayuda” y nunca mejor dicho. Madrugamos y todo salió perfecto. Antes de marcharnos nos despedimos de todo el mundo. Esto es curioso, pero nos pasa muchas veces, sobre todo cuando estamos más de 3 días en algún sitio, siempre nos despedimos de todo el mundo como si nos conociésemos de toda la vida y ellos de nosotros, no sé si esto lo hará todo el mundo, pero a nosotros nos gusta hacerlo y la verdad que recibimos el mismo afecto.
Ya en camino hacia la carretera principal a las 9:15; nada más llegar no tuvimos que esperar ni 1 minuto y llegó el primer Jeepney en dirección a Dumaguete, así que lo cogimos.
En media hora llegamos al mismo sitio donde lo habíamos cogido 4 días antes. Desde allí 10 minutos andando hasta el puerto para coger el ferry, queríamos coger el de las 11:15, pero la buena sorpresa fue que al llegar vimos que salía uno inmediatamente, a las 10:30, así que nuevamente sin tener que esperar nada, nos subimos al ferry en dirección a Siquijor island, nuestro siguiente destino.
El viaje es muy placentero y en una hora y media estábamos en la nueva isla, llegamos sobre las 12:00.
El siguiente objetivo era buscar alojamiento, pero Carina ya tenía vistos unos cuantos, así que nos dirigimos al primero y en seguida nos gustó mucho, aún así y como era tan temprano nos fuimos a ver algunos más pero al final no nos convencieron, por lo que volvimos al primero.
El sitio es fantástico, al borde del mar con unas vistas buenísimas y además también tienen restaurante por lo que mejor sitio no podíamos elegir.
Siquijor es una isla muy pequeña, en menos de dos horas en moto das la vuelta completa, tiene 75 km de circunferencia por carretera y en su parte más elevada mide 550 metros.
El día que llegamos no hicimos nada en particular, exploramos un poco los alrededores y fuimos a una playa que hay cerca porque habíamos leído que tenía buena pinta, poco más.

El segundo día alquilamos una moto y nos fuimos a “explorar” la isla. Salimos sobre las 11:00 y al primer sitio donde nos dirigimos fue a ver un árbol que tiene 400 años de antigüedad, Old Enchanted Balete Tree.
Sinceramente no nos impresionó tanto cómo el que vimos en Vietnam; además a los pies de este árbol había una pequeña piscina con peces donde metes los pies y los peces te los “masajean”, algo que no hicimos porque entre otras cosas nos pareció que no tenían nada que ver la una con la otra.
Desde allí seguimos nuestra ruta alrededor de la isla y llegamos hasta Lazi, el primer pueblo que nos encontramos. En Lazi visitamos la iglesia de San Isidro Labrador, que la verdad está casi en ruinas, muy vieja y nada cuidada, en frente está el Convento del mismo nombre y en similar situación. Antes de dejar el pueblo nos fuimos a comer algo y así ver el centro del mismo.
Con el estómago lleno y con energías renovadas nos fuimos a las cascadas de Cambugahay que son mucho más pequeñas que las vecinas de Moalboal y también nos dimos un baño muy refrescante aunque no fue tan divertido.
Ya más fresquitos nos fuimos en busca de playa, en concreto a Salagdoong Beach, la cual había leído Carina que era la mejor de la isla.
El sitio es un pequeño complejo turístico, con un bar y una piscina, la playa es muy pequeña pero el mar es espectacular, más clara, transparente y azul no puede estar el agua.
Había muchos corales a pocos metros de la orilla y una gran roca donde poder tirarse al agua, de hecho muchos locales estaban haciéndolo. El sitio no estaba mal del todo, especialmente porque había poca gente con mucha hubiese sido distinto, pero aún así a Carina no le gustó del todo porque se esperaba más playa al ser considerada la “mejor” de la isla.
Después de Siquijor queremos ir a otra isla que también está muy cerquita, pero que por lo que estuvimos viendo, desde el puerto al que llegamos no hay barco directo, tienes que volver a Dumaguete y volver a coger otro ferry. Al preguntar en Siquijor nos dijeron que desde el pueblo de Larena sí que van directos, aunque no todos los días de la semana, así que después de la playa nos fuimos para allá a ver si podíamos informarnos.
Mala suerte, solo hay ferry los martes, jueves y domingos a las 19:00 horas. El jueves es muy pronto y el domingo es muy tarde para irnos. Hubiese sido perfecto viernes o sábado, pero domingo ya es un poco tarde teniendo en cuenta a la hora que es porque aquí a esas horas ya es de noche.
Para completar la vuelta a la isla nos fuimos al pueblo de Siquijor, que es a donde llegamos con el ferry y allí volvimos a preguntar los horarios del ferry, teniendo en cuenta que estos no van directos, tendremos que ir primero a Dumaguete y luego a la otra isla.
Aquí no hay problema, hay ferrys todos los días y a prácticamente todas las horas. Así que después de verlo bien, creo que cogeremos el ferry del sábado a las 11:15 horas.
Recogida toda la información nos volvimos a la guesthouse, ya eran las 18:00 y empezaba a anochecer.
El tercer día volvimos a alquilar la moto, por cierto, nos cuesta 200 pesos filipinos, es decir, unos 4€ al cambio más o menos. Esta vez salimos un poco más tarde porque justo se puso a llover y tuvimos que esperar a que parase. Aprovechamos para desayunar/comer y así era tiempo que ahorrábamos.
Empezamos sobre las 12:00 y nos dirigimos al mirador del Monte Bandilaan, aunque por el camino nos paramos en la cascada Lugnason, que estaba totalmente vacía de agua, están en el final de la época seca y esperando a que llueva, mientras no lo hacen han desviado el agua para regar los campos de arroz, así que fue “extraño” ver la cascada sin una gota de agua, pero el sitio nos gustó mucho ya que había muchas palmeras y mucha sombra que hacían del sitio muy agradable, aunque todo hay que decirlo era muy pequeño, así que no sé como se las arreglarán en temporada alta.
Desde allí seguimos hasta el mirador del Monte Bandilaan que está situado en el punto más alto de la isla a unos 550 metros. El sitio tiene unas vistas espectaculares, o mejor dicho, debería tenerlas porque la altura de los árboles de los alrededores no te permiten una visión de 360 grados, una auténtica pena porque se podría ver toda la isla entera, de hecho hace unos años se podía ver, cuando los árboles no estaban tan altos.
El viaje hasta aquí es bastante largo y pesado, mucho más de lo que nos imaginábamos para ser una isla tan pequeña, así que mientras no corten las copas de los árboles para nada merece la pena venir hasta aquí.
Después del mirador, que ya no es tal, nos volvimos a la carretera principal que rodea la isla y que hace que el paseo sea “doblemente” pesado, sinceramente hoy acabamos un poco cansados de tanta moto.
Llegamos nuevamente al pueblo de Lazi y esta vez paramos a tomarnos un cafecito y unos dulces, que hemos descubierto que no hacen nada mal en Filipinas. Aprovechamos para ver el Convento que está enfrente a la Iglesia de Isidro Labrador que habíamos visto ayer, pero que está en las mismas “ruinas” que la iglesia y que tampoco merece la pena visitar.
Al terminar nos fuimos en busca de playas, primero fue Kangusuan Beach, una playa cuya arena es toda trozos de coral y donde había grandes rocas trabajadas por el aire y el mar que la hacían bastante chula, una vez más con muchos corales muy cerca de la orilla. Con tanto coral y tan cerca casi no puedes bañarte, además estaba la marea baja, así que nosotros ni lo intentamos.
La siguiente playa fue ya cerca de nuestro alojamiento, Paliton Beach, que nos gustó un poco más, pero que también era muy pequeña.
Aunque lo intentamos finalmente no pudimos encontrar ninguna playa buena en la isla, ya que al estar rodeada de coral o éstas son muy pequeñas o el coral está prácticamente en la misma orilla, por lo que no hemos encontrado ninguna playa de espectacular arena fina y blanca.
Lo que sí hicimos en Paliton Beach fue ver el anochecer que aquí son tremendamente bonitos y nos han sorprendido un montón. El horizonte se pone totalmente rojo y por unos instantes también todo el cielo, que si hay nubes es todavía más espectacular.
Desde aquí otra vez a la guesthouse para cenar, ya dijimos que se cena muy bien y de calidad, además hacerlo al borde del mar con unas vistas buenísimas no se tiene todos los días; así que hay que aprovechar.
Hoy es nuestro último día, mañana nos volvemos a cambiar de isla, esta vez no alquilamos moto, alquilamos unas gafas y un tubo y nos fuimos a la playa en la que estuvimos el primer día. Allí estuvimos unas 4 horas, que Carina se pasó haciendo snorkel y yo tumbado en la arena “meditando”, leyendo y cabeceando, es decir, disfrutando el momento y el lugar.
Nuevamente el coral estaba pegado a la orilla, así que no puedes bañarte solo bucear y como la marea estaba baja tenías que andar bastante para poder meterte con algo de agua, por lo que yo preferí quedarme en la playa.
Hoy la guesthouse tiene todas las habitaciones reservadas, por lo que teníamos que dejar la nuestra, pero por una noche no queríamos buscar otro alojamiento; así que nos dejaron quedarnos en una cama que tienen cubierta con un tejado de paja, sin paredes, totalmente abierta, justo frente al mar.
Por lo tanto, aquí es donde pasaremos la última noche en Siquijor, la pena es que después de dos noches con el cielo estrellado y sin apenas nubes y con una luna cada vez más creciente; precisamente hoy el cielo está todo cubierto y no se ven ni las estrellas ni la luna, que estaría casi llena.
Casi enfrente a nuestra guesthouse, a unos 3 minutos andando hay otra y de casualidad nos enteramos de que hoy hay música en directo, así que nos fuimos a disfrutar de la última noche en la isla. Cuando llegamos casi no había gente así que aprovechamos para cenar, pero en seguida se lleno, creemos que toda la isla estaba aquí metida y estuvimos un rato escuchando música hasta que nos fuimos a dormir.
Por cierto y antes de terminar, una buena noticia, después de 1 semana metida en arroz, hoy Carina ha visto la cámara de agua y… vuelve a funcionar!
Ya no queda ningún resto de agua en el visor; la probamos haciendo snorkel y sin ningún problema, así que aunque os perdisteis las sardinas, espero que podáis ver cosas todavía muy interesantes.
Mañana cogeremos el ferry a las 11:30…









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